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El nuevo entrenamiento del fotógrafo consciente

Por David Rieri

Comenzamos una nueva semana en zerO y lo hacemos con mucha energía. El viernes tuvimos una conexión preciosa: compartimos un café entre fotógrafos y exploramos cómo la inteligencia artificial puede ayudarnos a mirar mejor —no a reemplazarnos—.

Usamos herramientas como REVE AI y NanoBanana, y lo más bonito fue comprobar que, incluso en plena era tecnológica, el arte sigue dependiendo de algo que ninguna máquina puede imitar: nuestra mirada.

Hoy te dejo un resumen de todo lo que vimos, junto a algunas reflexiones que te ayudarán a seguir creciendo como fotógrafo consciente.

📖 En este post descubrirás:

  • Cómo ha cambiado la cámara (pero no el ojo)
  • El nuevo entrenamiento del fotógrafo consciente
  • La cámara cambia, pero la mirada sigue siendo nuestra
  • Mi trabajo personal de la semana
  • Reflexión final + invitación a la comunidad

1. La cámara ya no es lo que era (pero el ojo sigue siendo el mismo)

Hace años pensábamos que una buena cámara bastaba para hacer buenas fotos. Una cámara mejor. Un objetivo más nítido. Un sensor más grande. Y durante un tiempo… lo creímos.

Pero hoy, las cámaras piensan. Corrigen. Interpretan. Deciden. Algunas incluso “crean” imágenes que nunca existieron.

Y sin embargo, hay algo que ninguna inteligencia puede imitar: tu mirada. Esa mezcla de intuición, emoción y conciencia que te hace detenerte antes de disparar. Esa pequeña pausa donde algo invisible se alinea —la luz, la intención, la historia— y entonces haces clic.

Ahí no hay código. Ahí hay alma.

Lo vimos el viernes en nuestra conexión dentro de la comunidad: probamos herramientas como REVE AI y NanoBanana, y descubrimos algo fundamental: No importa lo avanzado del software, sigue necesitando un ojo humano que sepa mirar.

Editando con IA

En la imagen previa estamos editando por zonas usando solo inteligencia artificial.


2. El nuevo entrenamiento del fotógrafo consciente

La fotografía ha cambiado, pero su aprendizaje sigue siendo el mismo: mirar, practicar y sentir. El viernes exploramos cómo la inteligencia artificial puede ayudarnos a entrenar ese ojo sin que lo reemplace. Y de ahí salieron tres aprendizajes que vale la pena recordar.

1. Usar la IA para aprender, no para delegar.

Cuando analizas cómo una herramienta interpreta la luz o el color, no estás renunciando al arte: estás aprendiendo a pensar mejor. Le preguntas a la máquina por qué, y te responde cómo. Y en ese diálogo, mejoras tu mirada. La IA es un espejo: te devuelve tus errores, tus aciertos y tus vacíos.

2. Reducir la velocidad para ver más.

Las herramientas aceleran el proceso, pero ver sigue requiriendo tiempo. Si no aprendes a detenerte antes de disparar, todo lo que hagas será ruido. Cuando editamos una imagen con REVE AI, comprobamos algo precioso: que el valor no estaba en el resultado final, sino en el proceso de observar cómo cada cambio una luz, un contraste, una sombra transformaba la emoción de la foto. La práctica, aunque sea digital, sigue siendo meditación.

3. Explorar, no repetir.

Cada edición, cada reto, cada práctica es una oportunidad para descubrir algo nuevo sobre ti. No se trata de buscar el mismo resultado, sino de usar las herramientas como excusa para entrenar la curiosidad. No hay evolución sin exploración. Y el verdadero fotógrafo no busca controlarlo todo, busca entenderlo todo.

Conexión en directo

Aquí estamos en la conexión del pasado viernes comprobando como podemos eliminar elementos con un solo prompt, editar por zonas, además de dar cierto color a la imagen, interesante...


3. La cámara cambia, pero la mirada sigue siendo nuestra

Puedes cambiar de cámara, de software o incluso de estilo. Pero hay algo que ninguna inteligencia artificial podrá imitar jamás: tu forma de ver el mundo. Esa es tu firma. No tu logo. No tu marca personal. Tu mirada.

Y solo se construye mirando, practicando y compartiendo. Por eso, cada viernes en zerO nos conectamos para practicar juntos. No para “aprender más”, sino para aprender mejor. Sin ruido. Sin exceso. Solo con lo esencial: la luz, la toma y el revelado. Los tres pilares que hacen que una fotografía respire.


Esta semana en lo personal

Comienzo a trabajar en pulir los retratos en blanco y negro, tomando un poco de Salgado, un poco de Mccurry (dos de mis grandes referentes) y mucho de mi intuición he llegado hasta este punto (la persona de la foto es mi hija Noah).

Retrato de Noah

4. Reflexión final

Quizás ese sea el verdadero sentido de la fotografía hoy: usar toda la tecnología posible para acercarnos a algo que ninguna máquina puede reproducir: la emoción humana. No importa si editas con REVE AI, Gemini o tus manos: lo que transforma la imagen no es la herramienta, es la intención. Y eso solo lo tiene quien sigue mirando con verdad.


¿En qué puedo ayudarte?

Si sientes que ha llegado tu momento de reconectar con tu fotografía, de volver a disfrutar el proceso sin agobio ni ruido, te invito a unirte a zerO, la comunidad donde practicamos juntos y evolucionamos con calma.

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Un lugar donde el objetivo no es aprender a copiar imágenes, sino descubrir tu forma única de mirar el mundo.

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